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Mostrando las entradas de julio, 2014

Carencias necesarias: rompiendo la telaraña

En esta ocasión, aprovechando la excusa de una nueva proyección del ciclo de películas de los Jueves en el Teatrino, voy a escribir un poco sobre lo que me ha sucedido y no sobre la película. Es extraño que termine con un grado de felicidad incomprensible luego de una discusión telefónica en la cual me dijeron cosas terribles. Normalmente, ante una multitud de insultos, ante una procesión de agravios, ante tamaña sarta de improperios y ante tanta saña retenida -al parecer- uno al menos se siente vapuleado, cuando no al menos atormentado. Lo más probable es que se enoje y continúe con otra batahola interminable de imprecaciones que responden la agresión, o intentan ensayar una defensa. Claro está, para esto hay que tener algo de lo cual desahogarse, justamente es necesario sentir una opresión tan profunda que nos lleve inevitablemente a volcar todo eso allí retenido, aunque no lo supiéramos. Pero el supuesto, que creemos verdad y hasta damos por sentado, es que algo hay para ser s

El camino de retorno II

El camino de retorno Hoy me ha tocado ver "Siberia Monamur", una película rusa de 2011 en la cual un abuelo y su nieto viven en la Taiga, en ese ambiente tan hostil para nuestra vida, donde reinan los perros salvajes que acechan a cualquier desprevenido transeúnte que caiga entre sus feroces fauces. La bestialidad no sólo está presente en estas fieras, también por el film desfilan bandidos sin escrúpulos, militares depravados y toda la crudeza de quienes viven al límite de lo salvaje. Otra mirada en torno a la vida, diametralmente opuesta a la que planteé anteriormente tras ver "Bajo la misma estrella". Sin embargo, no dejo de rescatar una advertencia que ya noté durante la proyección misma de "Into the wild" (EEUU, 2007): nuestro reencuentro con la naturaleza no debe estar excento de los principios fundamentales de la supervivencia. Entonces, en ambas proyecciones podemos ver el resultado de un necio desafío a las adversidades y las inclemencias de la

El camino de retorno

En los últimos años se han acrecentado las producciones artísticas acerca del cáncer terminal en niños y jóvenes, como un contraste extremo entre una persona, un ser, que nos da una idea de VITALIDAD, por un lado, y la MUERTE. Resurge el sentido de la TRASCENDENCIA frente a lo efímero de la VIDA. Allí aparece también un concepto EXISTENCIAL de la vida, ya no ROMÁNTICO, al haber certeza sobre la cercanía de la muerte. Al decir de Mauricio Lehoczky: "hay que vivir como si se tuviera cáncer". La pérdida de la ANGUSTIA EXISTENCIAL, la falta de conciencia sobre la propia muerte, sobre la posibilidad cierta de encontrarla antes de tiempo, sin previo aviso. La vida como un simple TRANSCURRIR, como una rama arrastrada por la corriente, conducida por la marea a través del vasto océano de nuestra sociedad. La imposición social de la negación de nuestra FINITUD, la tendencia de esquivarle a la conciencia de esa finitud pero fundamentalmente, y esto es lo que no veo expresado en n