Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de octubre, 2014

¿Por qué estamos tan convencidos que debemos creer en algo?

Realmente ya no me pregunto como antes si debo creer en algo puesto que  me basta con contemplar mi alrededor, mirar el vasto cielo, las hierbas creciendo en mi patio, las hormigas pululando por doquier en su infatigable derrotero y sólo basta callar mi mente. Entonces, por ejemplo, diviso un pájaro que picotea aquí y allá, buscando quizás su alimento, y en mi estado parezco no perturbarlo, es más, se pasea frente a mí sin temor alguno, revisa mi compost (es más efectivo que diez trampas para atraer pájaros) y finalmente alza vuelo. ¡Es maravilloso! ¿En qué más debería creer? Ahora bien, al parecer somos una especie única aunque no precisamente de la manera en que nos pensamos a nosotros mismos. Por ejemplo, todos los días nos vestimos de las formas más extravagantes excediendo cualquier necesidad básica para hacerlo, comemos de formas más extrañas aún comidas que ni siquiera están cerca de lo que nuestro organismo está preparado para asimilar y nos ocupamos de hacer tareas muy dista