La situación ya de por sí crítica en que nos situó la pandemia agrava aún más la que arrastramos en Argentina debido a la estrategia histórica de una clase dominante, una oligarquía, que aliada firme al capitalismo nos continúa expoliando en todo sentido, no solo a la mayoría de los argentinos sino a nuestro propio medio. La introducción de la megaminería o los transgénicos aliados a agroquímicos (el glifosato no es el único ni el peor) son muestras de esta alianza estratégica donde el país en conjunto obtiene más destrucción y más muerte para beneficio de unos pocos. El daño causado repercute en todo el ecosistema, en el sentido amplio del término, y tiene efectos a largo plazo que las grandes mayorías no han alcanzado a comprender, pero que se están evidenciando tanto en el mismo medio ambiente (ej. la desforestación del bosque nativo) como en la población (ej. el aumento de enfermedades). Un grupo cada vez mayor de reconocidos científicos no solo empezó a advertir sobre esto sino
¿Por qué animarse a ser diferente? ¿Por qué no quedarnos en la comodidad de lo que hacen todos? ¿Para qué correr el riesgo? Este es un blog muy particular para mí, porque me llevó a forzar la publicación de cuestiones muy profundas y muy mías, pero que a su vez también lo son para los demás. ¿Contradicción? Para nada, simple paradoja de la vida.