Si bien en mis relaciones he tenido discusiones, malos momentos y demás situaciones desagradables, siempre me cuidé de no caer en la tentación del aprovechamiento y la manipulación. Tuve muchas oportunidades de continuar cómodamente en una relación, obteniendo de ella lo que a esa altura claramente era lo único que podría sacar de valor, pero preferí siempre ser honesto. No por bueno ni moralista, me refiero al hecho de vivir relaciones genuinas, que me gratifican; lo contrario sería traicionarme a mí mismo. Sencillamente no podría vivir en una mentira, como de hecho veo muchos que sí lo hacen. Soy un espíritu libre y eso significa también actuar responsablemente y no recargarme con las sofisticaciones de las falsedades y las mentiras. No entiendo cómo algunas personas pueden sobrellevar semejante carga, si supieran cuánta energía le están dedicando a algo que en definitiva les hace daño y que a la larga no beneficia auténticamente a nadie. La violencia de género, todos lo sabemos, se
¿Por qué animarse a ser diferente? ¿Por qué no quedarnos en la comodidad de lo que hacen todos? ¿Para qué correr el riesgo? Este es un blog muy particular para mí, porque me llevó a forzar la publicación de cuestiones muy profundas y muy mías, pero que a su vez también lo son para los demás. ¿Contradicción? Para nada, simple paradoja de la vida.