Aún está fresco el intento de magnicidio en la Argentina y pese a que los medios corporativos intentan dar vuelta la página el entramado colaborativo que plantearon va cayendo destrozado por las pruebas. Lo mismo sucede en el juicio de vialidad contra Cristina Fernández, lo cual no es una mera casualidad. Cada vez estamos más cerca de poder relacionar ese intento de asesinarla con lo que está sucediendo con la acusación contra Cristina. Quienes no caemos en la trampa planteada desde esos medios y la farsa montada por el fiscal Luciani. Hoy ya puedo mencionarlo así luego de que lo desmontara desde el alegato el abogado de la propia vicepresidenta pero que antes lo habían hecho los abogados de los demás acusados. ¿Acaso no es absurdo intentar asesinar a Cristina justo cuando podía ir a la cárcel? Claro que si el juicio es un montaje burdo, un verdadero circo, incluso desde los promotores intelectuales de este montaje hay una conciencia de su carácter efímero. Tiene un efecto muy corto.
¿Por qué animarse a ser diferente? ¿Por qué no quedarnos en la comodidad de lo que hacen todos? ¿Para qué correr el riesgo? Este es un blog muy particular para mí, porque me llevó a forzar la publicación de cuestiones muy profundas y muy mías, pero que a su vez también lo son para los demás. ¿Contradicción? Para nada, simple paradoja de la vida.