Otro de los conceptos que generan problemas innecesarios en nuestra vida es el de la pobreza. En nuestra cultura occidental heredada hay una fuerte fijación del concepto clerical, donde se lo vincula a la escasa posesión de bienes materiales (ver la figura de Francisco de Loyola como ejemplo, citada por el papa) y donde se la establece como requisito para "entrar al reino de los cielos". Paralelamente, como bien lo dijera Diego Maradona, el Vaticano es un símbolo del apego a lo material, al punto que "con todo el oro que hay en él se podría alimentar a los niños africanos que mueren de hambre". Este doble discurso, tan propio de las religiones dominantes de nuestra cultura (incluyendo las demás variantes cristianas, o incluso el judaísmo o el islamismo) encuentra soporte en el dictamen del sistema capitalista imperante, en el cual el consumo es la base del sostenimiento de la economía y por lo tanto es vital mantener el desenfreno de la adquisición de bienes materi
¿Por qué animarse a ser diferente? ¿Por qué no quedarnos en la comodidad de lo que hacen todos? ¿Para qué correr el riesgo? Este es un blog muy particular para mí, porque me llevó a forzar la publicación de cuestiones muy profundas y muy mías, pero que a su vez también lo son para los demás. ¿Contradicción? Para nada, simple paradoja de la vida.