En un momento histórico como el que estamos viviendo, plagado de profundos cambios por doquier, es natural que salgan a la luz nuestros peores temores y sospechas. Especialmente si disponemos de un arsenal tecnológico que permite desperdigar rápidamente la (des)información. Incluso viejos complejos que creíamos extintos encuentran eco en la maraña de información falsa que circula en la actualidad. El problema con esto es que mucha gente todavía no es consciente de su gravedad y de cómo está afectando a su manera de ver el mundo. Es así que muchos de los que nos rodean y, si no tenemos suficiente cuidado, nosotros mismos podemos ser víctimas de esta avalancha desinformativa. En esta ocasión voy a centrarme en una de ellas como símbolo de lo que está sucediendo, pero creo que puede aplicarse en esencia el mismo análisis al resto de fake news y teorías conspirativas que circulan hoy en día. Si bien en la política las críticas suelen tornarse personales y orientarse específicamente haci
¿Por qué animarse a ser diferente? ¿Por qué no quedarnos en la comodidad de lo que hacen todos? ¿Para qué correr el riesgo? Este es un blog muy particular para mí, porque me llevó a forzar la publicación de cuestiones muy profundas y muy mías, pero que a su vez también lo son para los demás. ¿Contradicción? Para nada, simple paradoja de la vida.