Desde temprano nos enseñan a distinguir las formas geométricas más simples, como los rectángulos en una puerta, una caja o una cancha de fútbol; los círculos en una rueda, un bollo o una pelota. Alguien tempranamente estimulado pueda recordar -aunque sea vagamente- sus aventuras en la caja de arena. ¡quién no se acuerda de la ronda! De chiquitos que sabemos reconocer las figuras circulares y hasta quizás más de uno quede fascinado por esta forma para siempre, sea a partir del amor por un vehículo sobre ruedas o simplemente enamorado de la redonda. Son parte de nuestros primeros saberes y quedarán guardados para siempre en nuestra memoria, de una u otra manera. Ahora bien, no siempre nos encontramos frente a un círculo virtuoso, como gusta llamársele en los refranes a las relaciones que en su transición benefician a sus participantes. El círculo, como toda figura cerrada, también representa la delimitación de un área, separando lo que está dentro de lo que queda fuera de él. Llevad...
¿Por qué animarse a ser diferente? ¿Por qué no quedarnos en la comodidad de lo que hacen todos? ¿Para qué correr el riesgo? Este es un blog muy particular para mí, porque me llevó a forzar la publicación de cuestiones muy profundas y muy mías, pero que a su vez también lo son para los demás. ¿Contradicción? Para nada, simple paradoja de la vida.