No es que Milei y su gente tienen una actitud arrolladora, es que están tan mal en su fanatismo, su locura, que actúan igual que aquel delincuente que se siente "jugado".
Hay una entrevista del periodista (expolicía) Nahuel Suárez a un pibe gatillero donde este pibe lo dice bien claro, "yo ya estoy jugado". No va a ceder ni va a cambiar nada y está dispuesto a seguir, incluso haciendo daño, hasta que lo maten.
Milei, Lemoine, Bullrich, etc tienen por ahora esa misma actitud. Por ahora porque aún no se toparon con una situación límite, como sí le pasó a Cristina: vimos que el atentado la afectó profundamente como es de esperar en la mayoría de las personas que valoran su vida.
Por eso también su política se basa en los continuos ataques y amenazas, aún cuando han tenido reveses y lograron ponerse en contra a la mayoría de la población. Solamente un grupo fanatizado puede ignorar advertencias hasta de sus propias filas y esto los hace aún más peligrosos.
La actitud pasiva de la oposición, sean radicales o peronistas, e incluso la corrupción de los que se vendieron (incluidos los jueces) no hace más que echarle nafta al fuego. Son cómplices de esta locura desbordada que reclama una intervención urgente en un gobierno fuera de control.
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