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El presidente más representativo del argentino promedio y lo que sucede al llevarlo al poder

 En estos momentos hay entre diputados y políticos ligados al gobierno (Sturzenegger sin cargo alguno transando con ellos ofrece un espectáculo deplorable mostrando lo peor de la casta política que Milei dijo enfrentar) unas intrigas, idas y vueltas demostrando la tremenda corrupción que atraviesa al PRO, radicales, peronistas provinciales, etc que están rapiñando para intentar quedarse un pedazo de la Argentina. La necedad de mucha gente, no solo jóvenes sino vergonzosamente de mucha gente adulta, impidió ver que Milei venía a destruir el Estado argentino y con ello entregar el país a los buitres de siempre. Tanto los grandes empresarios argentinos como grupos extranjeros se disputan el botín y en el medio vemos como los políticos corruptos intentan llevarse una parte también. Como trabajador es doloroso ver este ciclo enfermo de destrucción de un país tan rico en recursos naturales pero con una gente que no supo nunca valorar ni cuidar lo que tiene, comenzando por los más ricos, quienes se lo han adueñado de hecho y quienes no tienen problema con que el país sea despedazado nuevamente, como ya pasó con Menem y su banda de delincuentes peronistas allá por 1990, quienes regalaron a precio vil las empresas del Estado y encima aumentaron sideralmente la deuda externa nacionalizando las deudas de las grandes empresas tal como había hecho la dictadura.

Es un cuento de nunca acabar, en este caso el chivo expiatorio es la izquierda y todo lo "zurdo" o "comunista", un absurdo cuento chino del cuco comunista en un país donde la izquierda no pasa del 5% y donde gente que no entiende nada de política ni de economía sale a decir cualquier cosa por medios masivos y redes, tal como Milei.

Milei es la encarnación perfecta del argentino/a promedio/a.

Recomiendo encarecidamente leer el excelente libro escrito sobre su vida por el periodista Juan Luis González, quien advirtió mucho antes de las elecciones acerca del peligro de darle poder a una persona enferma, que necesita estar continuamente drogado para aparecer en público y no tener sus ya famosos episodios violentos al borde del brote psicótico. Su inestabilidad emocional, sus delirios místicos, su relación enfermiza con su familia, su profundo resentimiento lo tornan de por sí en una persona peligrosa al ocupar un cargo de poder, imagínense ahora que es presidente.

Los argentinos que aún mantenemos un mínimo de cordura y obviamente no lo votamos en ninguna instancia por estos motivos, de estractos ideológicos y políticos muy diversos y hasta opuestos, coincidimos que debemos cambiar y mucho de lo relacionado con el poder político. No puede ser que a una persona para desempeñar un trabajo de rango menor se le exija atravesar un proceso selectivo mucho más exigente, con baterías de test y chequeos psicofísicos, y a quienes ocupan cargos importantes políticos no se les realice ninguno, una locura. Por no hablar de su ideoneidad y hasta de las estafas que han realizado al Estado previamente, un mamarracho tapado por el circo montado alrededor del juicio a Cristina Fernández de Kirchner y que muestra que ningún político responde por sus actos sino por los intereses de la verdadera casta, la de los dueños de la Argentina.

La gran mayoría de los argentinos se han dejado envenenar por las estrategias desplegadas por esa verdadera casta, dueña de los medios de comunicación, que le viene vendiendo relatos distorsionados, bulos y mentiras, creando divisiones estúpidas como la grieta: hoy vemos nuevamente que los políticos de esos grupos políticos no tienen problemas en ponerse de acuerdo para volvernos a robar mientras la gran mayoría sigue enfrascada en una disputa sin sentido defendiendo los intereses de los más ricos. En este sentido, Milei era necesario, muy necesario. Para evitar que la bronca se canalice por izquierda, que era lo más lógico reconocido hasta por los propios políticos pues es la única fuerza que aún no gobernó, que no endeudó al país, que no coimeó sino que denunció y se enfrentó a los corruptos, la única fuerza donde sus políticos cobran el sueldo de una maestra y donde al terminar el mandato vuelven a su laburo sin haberse llenado los bolsillos, la que siempre defendió los intereses no solo de los trabajadores sino de la Argentina frente a cada robo del que cada partido que gobernó fue protagonista. ¿Por qué entonces la izquierda, imbuida en la práctica de fuerza moral y de planteos disruptivos como confrontar al FMI para reorientar la política pública nuevamente hacia el desarrollo productivo y el bien común por sobre las ganancias fabulosas de unos pocos no logra atraer a las mayorías?

Porque desde el ascenso del macrismo y la creación de la alianza Cambiemos se viene montando un gigantezco aparato de propaganda mediática, no solo con medios masivos de comunicación sino fundamentalmente en las redes sociales. El caso de Milei justamente responde a estos dos fenómenos, su promoción en los medios colocado por el empresario de multimedios América Eurnekián, la fuerte conexión que logró durante la pandemia con la gente más golpeada psicológicamente y más débil, es decir, con menos recursos que permitan contrarrestar este bombardeo mediático continuo y reflejando viejos resentimientos latentes en la clases media y especialmente entre la clase trabajadora. Tal es así que sus seguidores, quien hoy a la luz de los hechos podemos calificar cuando menos de incautos, son en su mayoría jóvenes a los cuales se les vendió un paquete completo que incluía lo más funesto de la manipulación psicológica como vimos en el coaching ontológico, el cual merece un artículo aparte por la coerción psicológica que ejerce sobre los coacheados, la ideología dominante de ser tu propio jefe (aunque sea pedaleando para Rappi) y la frutilla del postre del libertario (aunque este término fuera robado de un grupo anarquista de extrema izquierda) y que fue replicado y fogoneado por el verdadero peligro que nos acecha hoy que son los influencers, quienes ahora se alejan de Milei luego de haber hecho todo el daño en millones de cabezas argentinas.

Es muy triste, insisto, cuando uno va adquiriendo una idea del panorama completo, y da miedo de lo que debe ser todo lo que aún no ha salido a la luz y lamentablemente nos enteraremos cuando ya sea demasiado tarde. 

Lejos estoy de creerme un iluminado ni el dueño de la verdad, es más, soy de los que ha participado políticamente militando siempre desde la base, nunca ocupé cargos y hasta formé parte de partidos políticos minoritarios que banqué, como los demás trabajadores, de mi bolsillo. Me ocupo de formarme, de estudiar la historia, la política e incluso la economía, pero además me interesan la sociología, la psicología y la filosofía o la antropología pues aportan herramientas vitales para entender nuestro mundo actual y lo que se viene, y repito no me creo un experto en nada de ello sino todo lo contrario, solamente resalto que me tomo el trabajo de intentar aprender que es lo mejor que sé hacer. Creo que los argentinos necesitamos hacernos cargo, dejar de creernos algo que no somos, como que somos campeones del mundo solo porque un grupo excepcional de personas (casi todos viviendo o jugando en Europa) nos representó en un mundial y consiguió, luchando contracorriente, consagrarse. Dejar de basarse en argumentos tomados de los pelos y que solo demuestran nuestra arrogancia y delatan una absurda falta de autoestima cuando nos sobran motivos para agradecer el poder vivir y disfrutar de los bellos lugares que conforman nuestro hermoso país y en el que muchos desearían vivir. Nos veo dilapidando recursos que realmente no entendemos que no son nuestros, sino que es el patrimonio que cuidar para las futuras generaciones y no me refiero al cuentito chino del gasto público y déficit fiscal sino de nuestros recursos naturales. Si quieren aprender algo de economía, les sugiero buscar fuentes genuinas de reconocidos economistas como del doctor en Economía Eduardo Garzón quien dista siglos de ser marxista (de hecho da cátedra acerca de la Teoría Monetaria Moderna, la cual desarticula los continuos bulos de la economía clásica obsoleta que aún hoy se enseña en las universidades) y nos da una verdadera lección de economía al demostrar cómo funciona realmente la economía de un país, que no tiene nada que ver con la economía de una empresa y menos de un hogar, como vergonzosamente nos quieren hacer creer Caputo, Milei y los voceros del rapiñaje de toda la vida (Cavallo, Martínez de Hoz, López Murphy, etc). En nuestro país se ha montado un relato de fábula nacional y popular que ni siquiera es original pero que quienes lo profesan cual "doctrina" creen ser los dueños de la verdad última en política y pretenden extenderlo al resto del mundo, tal es su soberbia. Milei simplemente se las emprendió contra los zurdos pues supo primero comulgar con esa fuerza nacionalista que dice defender a trabajadores conciliando con empresarios y en la práctica transó y sigue transando con la oligarquía que dice enfrentar. Una parte de esa oligarquía decidió fundar su propio partido para confrontarlos con otro cuentito chino y reestablecieron una suerte de bipartidismo trucho, pues ambos defendieron a las grandes empresas y ambos pactaron una deuda usuraria con el FMI que pagamos los trabajadores. Deuda que en gran parte se la adueñaron esos oligarcas, quienes a su vez controlan las empresas estratégicas del país y con ello manejan los precios a su antojo, generando al menos 10 puntos de la inflación. Que junto con el método de manejo de los intereses de la deuda (bicicleta financiera mediante) y las continuas devaluaciones de la moneda constituyen las principales causas de la inflación y no la emisión monetaria, la cual es consecuencia y no causa de ella.

La manera en que se maneja tanto la política como la economía por parte de los partidos mayoritarios y ahora el flamante presidente libertario es vergonzosa. Es imposible dotar al país de un mínimo de organización y planificación y se pretende ingenuamente que con menor intervención estatal logremos salir adelante. No hay manera que alguien mínimamente coherente partiendo desde el mercado se interese en cualquiera de nuestros problemas, más aún cuando su interés es el de obtener ganancias y no el de realizar inversiones, menos aún en un país tan poco confiable como Argentina. El nivel de infantilismo en este punto es increíble, no hay una sola economía en el mundo que se haya desarrollado sin una gran planificación e intervención estatal y la razón es muy sencilla: al mercado no le interesa invertir por su cuenta cifras siderales en la infraestructura de un país inestable. A lo sumo atraeremos a los fondos buitres de siempre a los cuales se les tentarán con altas tasas de interés, que generan aún más inflación y especulación financiera en vez de inversiones genuinas. 

Este problema atraviesa casi la totalidad de nuestra historia al menos desde el siglo XX y es increíble ver la de relatos y fábulas que montamos para intentar tapar el sol con el dedo y no reconocer como una oligarquía de rapiña se aprovechó una y otra vez de maniobras fraudulentas y bicicletas financieras para estafar al Estado y amasar gigantescas fortunas, endeudando en el proceso a todo el pueblo argentino. De hecho, la deuda argentina es en realidad la deuda generada por esos auténticos estafadores y luego del default de 2001 y la reestructuración volvieron a endeudarnos para nuevamente beneficiar a esa oligarquía de rapiña. Los argentinos no hemos sabido evidenciar esto y en su amplia mayoría siguen apoyando políticamente a los partidos mayoritarios corruptos en virtud de mentiras, engaños y mucho resentimiento generado a propósito para que nos peleemos entre nosotros mientras los vivos de siempre la "levantan en pala".

Duele ver que en la Europa despreciada por unos y otros, unos por nacionalistas y defender ese estúpido orgullo nacional y otros por mirar siempre hacia Miami y USA como si del paraíso se tratara, la socialdemocracia sobrelleva a los tumbos, con muchos golpes pero con un consenso de la Unión Europea (consenso que nunca debimos perder a través de nuestro Mercosur) que les permite nada menos que enfrentar una guerra que les golpeó de lleno y con las consecuencias de las guerras anteriores y las oleadas migratorias, más los ciclos recesivos de sus economías y un sinfín de problemas pero brindando un nivel de vida muy superior al que contamos desde hace diez años en nuestro país, pese a la reactivación económica de 2022 y 2023 que tuvo la Argentina. Quien se va del país descubre con estupor lo equivocado que estamos en general acerca de lo que allí sucede y de cómo se vive mejor incluso siendo un inmigrante con un salario mínimo. Debería realmente hacernos reflexionar a los argentinos y pensar de verdad qué es lo mejor para nosotros como pueblo, si seguir con este fanatismo ciego o adoptar verdaderas políticas de desarrollo económico y social sostenidas en el tiempo por un Estado puesto al servicio de todos sus ciudadanos y no de los ricos.

 

https://www.ambito.com/opiniones/inflacion/la-argentina-y-un-diagnostico-sus-particularidades-n5202661

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