"Ser capaz de ver y entender el mundo desde una perspectiva mucho más amplia, ser capaz de hacerte preguntas que antes no te harías, te permite aceptar respuestas que antes no aceptarías y eso es libertad"
David Saavedra
Esta frase extraída de un video de un ex neonazi titulado "El odio te hace mejor" donde desbarata el dispositivo ideológico que nos lleva hacia la crueldad nos muestra la alternativa al odio que es ni más ni menos que la auténtica libertad.
Sorprende ver cómo se manipula y tergiversa este concepto aquí en Argentina con el fenómeno de Milei y los mal llamados "libertarios", al punto de ser precisamente ellos quienes actúan con una crueldad inusitada invocando a la libertad. Nos muestra que la libertad ante todo es libertad de conciencia, pensamiento crítico, poder cuestionarnos, ampliar miradas, ponerse en lugar del otro e intentar mirar desde su óptica, asumir con humildad nuestra finitud y nuestras limitaciones humanas para poder ser libres.
El saber dogmatizado, la inculcación del odio y el fanatismo incluso en nombre de la libertad no es liberador sino todo lo contrario. Así incluso llegamos a un oxímoron, a una total contradicción que carece de sentido, salvo el de consumar una nueva estafa al pueblo argentino.
Son los manotazos de ahogado del liberalismo que se hunde en este gigantesco fracaso nacional y global. Argentina se hunde con el liberalismo y lo mismo le sucede a Europa y Estados Unidos, donde vuelve a imponerse una suerte de conservadurismo intentando salvar el barco. Echarle la culpa a la inmigración en su caso, o a los zurdos y comunistas (que nunca gobernaron) en Argentina intenta patear la pelota afuera, desviar la atención de tamaña estafa. La estafa de una sociedad que nunca fue democrática pues siempre representó los intereses de las élites (ayer la oligarquía terrateniente, hoy los grandes grupos de inversión) y que además rompe la República concentrando todo el poder en la figura de un presidente déspota y evadido de la realidad, que en el caso argentino incluso requiere intervención psiquiátrica.
El peligro del totalitarismo ya es una realidad, se trata más bien de ver cómo lo enfrentamos y combatimos rompiendo los dualismos fanatizantes. La claridad de ideas es fundamental ante tamaña diarrea ideológica y la metodología para alcanzarla requiere un gran esfuerzo de todos. De nada sirve proponer un nacionalismo violento como alternativa, lo cual no impide defender con firmeza ciertas cuestiones prioritarias. Se trata de abrir debates necesarios, de ampliar miradas, de permitirse dudar y de ponernos en lugar del otro. Especialmente cuando es el otro el que padece, como sucede con esta nueva catástrofe en Bahía Blanca, como pasó en las anteriores. La solidaridad es un buen comienzo para replantearnos luego cómo prevenimos. Es claro que dejarlo librado al azar o a la suerte no da buenos resultados, ni el mercado tampoco parece brindar soluciones a estos problemas ni a otros. Repensar roles, repensar valores, cuestionar más allá de lo circunstancial, enfocarse en las cuestiones comunes, en lo público y cómo encararlo, entender las consecuencias de determinadas políticas y el rol del Estado frente a estos problemas, entre muchas otras.
Centrarnos en buscar soluciones reales y no quedarnos en debates puramente ideológicos que, puestos en práctica, vemos cómo literalmente hacen agua por todos lados.
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